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La tecnología moderna nos ha facilitado mucho la vida. Prácticamente para todas las tareas hay una máquina que nos ayuda a realizarlas, ya sea en el hogar o en el lugar de trabajo. A medida que la tecnología ha ido evolucionando, estas máquinas se han vuelto más fáciles de usar y de conseguir, al tiempo que resultan más económicas. Muchos dispositivos electrónicos son ahora tan baratos que simplemente los desechamos y compramos otro. Solo en Estados Unidos cada año se generan unos 3,4 millones de toneladas de estos residuos.
Derecho a reparar: corregir los errores
Cada vez queda más claro que los seres humanos necesitamos redescubrir el arte de reparar y reutilizar en lugar de simplemente desecharlo todo. El movimiento conocido como el «Derecho a reparar» («Right To Repair») comenzó en serio cuando un organismo de la industria estadounidense llamado The Repair Association acuñó la frase y fue el primero en defender la causa.
Los consumidores de todo el mundo se han hecho eco de su llamamiento, frustrados no solo por el despilfarro de productos electrónicos de un solo uso, no reparables y de corta duración, sino también por la clara intención de ciertos fabricantes de impedir su reparación.
Líderes del camino sostenible hacia la codificación y el marcaje industriales
La empresa especialista en codificación y marcaje LEIBINGER ha vivido la filosofía de fabricar productos sostenibles desde que se fundó la empresa en 1948 en Alemania. En LEIBINGER el enfoque siempre ha sido ofrecer valor al cliente. Nuestras impresoras industriales de inyección de tinta se han diseñado para tener una vida útil larga y productiva, y al fabricar prácticamente todos los componentes en nuestra fábrica de Tuttlingen podemos comprobar la fiabilidad y la calidad de todos los productos que suministramos.
El diseño basado en componentes de nuestras impresoras de inyección de tinta continua también facilita la reparación si algo no funciona: en lugar de sustituir toda la unidad/el módulo, los técnicos (o los propios clientes) simplemente pueden sustituir el elemento defectuoso como una sola pieza. Por ejemplo, los componentes individuales de un cabezal de impresión LEIBINGER, como una boquilla o una unidad de electrodos, pueden sustituirse fácilmente en caso de avería. En el caso de muchos competidores, estos componentes están integrados en el cabezal de impresión, a veces incluso el cable del cabezal, con lo cual hay que sustituir todo el conjunto, lo que a menudo resulta muy caro.
Este enfoque también es clave para el programa de mantenimiento y asistencia técnica. A intervalos de asistencia técnica periódicos, las piezas como arandelas de goma o filtros pueden sustituirse fácilmente ya que son las piezas más propensas a desgastarse con el tiempo. Pero ¿por qué sustituir piezas que no se han desgastado?
Además, los clientes reciben actualizaciones de software gratuitas durante todo el ciclo de vida de las impresoras LEIBINGER. ¡El software está siempre actualizado!
Enfoques innovadores para una reparación eficaz
LEIBINGER también ofrece un soporte completo a sus clientes y revendedores para que puedan realizar reparaciones. Pone a disposición vídeos y manuales detallados, así como expertos para responder preguntas técnicas. También ha puesto en marcha un programa de formación de gran éxito para que los clientes alcancen un nivel que les permita realizar sus propias reparaciones y mantenimiento.
El enfoque de LEIBINGER no solo se traduce en menos residuos, sino que también en una menor huella de carbono al reducir la distancia recorrida por los técnicos. Si los clientes pueden llevar a cabo las reparaciones ellos mismos, los técnicos ya no tienen que realizar el viaje desde Tuttlingen. Incluso si el cliente no puede realizar la reparación por su cuenta, la tecnología de diagnóstico remoto permite a los técnicos (ya sea de LEIBINGER o de nuestra red mundial de servicios) localizar y solucionar las averías sin tener que trasladarse. Y, por supuesto, la calidad y la durabilidad intrínsecas de los productos LEIBINGER hacen que las reparaciones sean menos frecuentes que con otros equipos.
Un cálculo sencillo
La conclusión final es que cuantos menos residuos y menos emisiones de CO2, se generen, menores serán los costos. Si la reparación de un producto es costosa (o imposible), debe considerarse como un costo oculto dentro del precio de compra y los compradores deben tenerlo en cuenta al elegir un producto. Con el «Derecho a reparar» los fabricantes aumentan la eficiencia de su producción y actúan de forma sostenible.
Comparación de productos >¿Por qué algunos rechazan el derecho a reparar?
Los teóricos de la conspiración podrían decir que se obtienen más beneficios al obligar a los consumidores a repetir la compra con frecuencia, aunque los márgenes sean escasos. Los fabricantes, por su parte, a menudo se justifican alegando que si sus productos son difíciles de reparar, también son difíciles de copiar. Para ellos el problema no es la voluntad del cliente o el futuro del planeta: es el espionaje industrial.
Pasos en la dirección correcta
Muchos de los responsables de formular políticas gubernamentales no están de acuerdo. En 2020, la UE tomó una decisión histórica al adoptar el «Plan de Acción para la Economía Circular» como parte de una legislación medioambiental más amplia: el Green Deal. El plan pide a los fabricantes (especialmente los de la industria electrónica) que faciliten la reparación de los productos y mejoren el acceso a los repuestos y las actualizaciones de software.
El objetivo fue resumido por Virginijus Sinkevičius, Comisario europeo de Medio Ambiente: «Queremos asegurarnos de que los productos que se comercializan en la UE estén diseñados para durar más tiempo y ser más fáciles de reparar, actualizar, reciclar y reutilizar».
La reacción de los fabricantes al movimiento ha sido variada. Diversas empresas se han reparar en los tribunales estadounidenses, pero algunos fabricantes europeos han querido demostrar que lo han aceptado desde el principio.
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Derecho a reparar: lo mejor para nuestro medio ambiente
Los productos que no pueden repararse simplemente pueden comprarse nuevos a un costo razonable. Pero el daño al medio ambiente es inmenso... Las generaciones futuras pagarán el precio cuando la cantidad de residuos generados por la actividad humana empiece a alcanzar niveles insostenibles. Se ha calculado que los productos electrónicos desechados en el mundo superan a la población mundial de ballenas azules. Cada año, más de 20 millones de toneladas de productos electrónicos llegan al final de su vida útil. Es demasiado desperdicio.
Actúe a su manera
Con estos conocimientos, es difícil creer que muchos fabricantes sigan queriendo arremeter contra el movimiento del Derecho a reparar. LEIBINGER defiende este derecho. La filosofía de LEIBINGER es fabricar productos que funcionen y se reparen exactamente como los quieren nuestros clientes.
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